TARIMA EXTERIOR DE MADERA

Actualmente la mayoría de suelos de tarima exterior de madera natural provienen de maderas tropicales, caracterizadas por su resistencia, dureza y alta resistencia a la humedad como por ejemplo el Ipé y la Teca, aunque también se usan maderas más cercanas como el Pino, Fresno, Eucalipto… entre otras. Hay que destacar la importancia de comprar madera certificada por un Consejo de Administración Forestal (FSC). Este certificado prueba que la madera fue extraída de una gestión sostenible de los bosques, evitando así la madera talada ilegalmente.

La madera es un material vivo e higroscópico, es decir, absorbe y expulsa humedad en función de los cambios climáticos. Debido a esta exposición al exterior, es normal la aparición de fendas u otras alteraciones. Por tales motivos se deberá realizar un mantenimiento periódico sencillo que permitirá mantener la tarima en condiciones óptimas durante más tiempo.

Actualmente la mayoría de suelos de tarima exterior de madera natural provienen de maderas tropicales, caracterizadas por su resistencia, dureza y alta resistencia a la humedad como p. ej. el Ipé y la Teca, aunque también se usan maderas más cercanas como el Pino, Fresno, Eucalipto… entre otras. Hay que destacar la importancia de comprar madera certificada por un Consejo de Administración Forestal (FSC). Este certificado prueba que la madera fue extraída de una gestión sostenible de los bosques, evitando así la madera talada ilegalmente.

La madera es un material vivo e higroscópico, es decir, absorbe y expulsa humedad en función de los cambios climáticos. Debido a esta exposición al exterior, es normal la aparición de fendas u otras alteraciones. Por tales motivos se deberá realizar un mantenimiento periódico sencillo que permitirá mantener la tarima en condiciones óptimas durante más tiempo.

No hay que perder de vista que en lo que se refiere a tarima exterior de madera no todo son ventajas. El mayor inconveniente es que si no se trata periódicamente mediante la aplicación de los productos adecuados tiende a adquirir un aspecto gris-pálido y envejecido. Desde luego no es el típico material del que podamos desentendernos una vez instalado. Es muy recomendable en los días de excesivo calor regar la tarima con agua para nutrirla, evitando rajaduras y el deterioro de la misma.

Una vez transcurrido un periodo aproximado de un año desde la instalación de la tarima exterior de madera es aconsejable realizar un repaso generalizado de todas las fijaciones y corregir a tiempo las posibles desviaciones.

Como ya se ha comentado, podemos dividir las tarimas exteriores de madera natural en tres grupos en función de su procedencia y densidad: tropicales, coníferas y otras especies.

TARIMA EXTERIOR TROPICAL

La tarima exterior tropical se caracteriza por ser una madera densa, de gran dureza y resistencia.

Dentro del grupo de maderas tropicales o “exóticas” podemos encontrar variedades como la Teca, Ipé, Bambú, Iroko, Jatoba, Cumarú, Sucupira, Elondo… entre otras. La más conocida es la madera de Teca. Este tipo de madera tropical de procedencia asiática (sur de Vietnam, antigua Birmania) lleva siglos utilizándose, sobre todo en la construcción naval.

Tarima exterior de madera de Teca

Hay muchos usos para la Teca y muy pocos sustitutos. Las masas forestales de Teca son escasas y esto ha hecho de esta madera una de las especies más protegidas del planeta. Su escasez y su alto grado de demanda han convertido a la Teca un recurso muy preciado, lo cual que ha propiciado que su precio esté extraordinariamente por encima que el del resto de especies tropicales de uso cotidiano para la confección de tarimas de exterior de madera natural.

Aunque como ya se ha explicado anteriormente existen otras muchas especies aptas para este uso, una de las más utilizadas en la actualidad es la madera de Ipé (también conocida por la denominación Lapacho) procedente de Sudamérica. Desde finales de los años 90 la madera de Ipé se ha convertido en una materia prima muy común, saturando los mercados de un modo inesperado. Aunque las prestaciones del Ipé no llegan a la altura de las que ofrece la Teca, sus características han hecho de ella un sustituto “viable” para determinadas aplicaciones como p. ej. son los suelos de tarima exterior.

La otra gran ventaja añadida es que, al contrario de la Teca, su gran abundancia hace que su precio sea mucho más competitivo y, por tanto, más económico.

El Ipé es una madera de alta densidad, 1.050 kg/m3, casi el doble de dura que la Teca. Su gran dureza la hace resistente al ataque de termitas, aunque es más difícil de mantener estéticamente que otras maderas menos densas, pues no absorbe con la misma facilidad productos como el aceite y es algo más costosa de mecanizar debido al desgaste que sufren las herramientas de corte y cepillado. Si se la aceita con la frecuencia adecuada, no da problemas.

Otra característica sobresaliente de Ipé es su durabilidad en los climas extremos, ni los más severos inviernos ni el calor de un desierto disminuye las propiedades esta especie. Gracias al aceite natural que posee, el Ipé tiene un bajo coeficiente de dilatación y contracción al verse sometido a humedad o calor extremos. La tarima de Ipé, gracias a su alto contenido en sílice, ofrece una alta tracción -incluso estando mojado- que le confiere propiedades antideslizantes.

Tarima de madera de Ipé

Debido a su dureza y adaptación a los cambios de humedad tan bruscos que sufrimos en países como España, la tarima de exterior de madera más recomendable es la tarima tropical, siendo el Ipé, como opción más económica, la especie que mejor se adapta a estos cambios ambientales, que pueden hacer crecer o menguar las tablas con tal magnitud que si la instalación no es correcta, las tablas se retorcerán y se saldrán de sus fijaciones.

Existen otras maderas alternativas al Ipé perfectamente viable como el Iroko, Cumarú, Elondo… además de la tan codiciada Teca. Como ya se ha comentado la Teca es un bien escaso y difícil de encontrar, tanto por su elevado coste como por su procedencia, ya que lo que se está distribuyendo con mayor frecuencia es teca de plantación, un árbol de crecimiento más rápido que como consecuencia pierde sus propiedades.

Tarima exterior de Iroko
TARIMA EXTERIOR CONIFERA

Pino, Abeto y Cedro son algunas de las especies más comunes en la fabricación de tarima exterior de madera conífera.

Este tipo de especies se caracterizan, a diferencia de las tropicales, por su enorme abundancia, alta sostenibilidad y fácil mecanización; factores que las convierten en maderas muy asequibles, siendo las más económicas con bastante diferencia.

Sin embargo, su menor densidad y textura porosa las hacen más susceptibles a las roturas, grietas y deformaciones y requieren de un mantenimiento algo más exigente para mantener su aspecto atractivo año tras año.

Este tipo de tarimas pueden recibir el color que queramos mediante la aplicación de un barniz específico para exterior con lasur de poro abierto, mediante el cual se pueden conseguir parecidos muy reales al de las tarimas tropicales y actuando también a modo de protección.

Es muy importante, antes de adquirir este tipo de tarimas, asegurarnos de que hayan sido sometidas a un tratamiento de autoclave, un tratamiento previo que se basa en la aplicación de sales de cobre. Dicho tratamiento confiere una protección adicional a la madera frente a humedad e insectos.

Tarima exterior de madera de Pino

Podemos encontrar tarimas de coníferas en cualquier parque o jardín, pero son aquellos en los que van a recibir mucho tránsito en los que más se suelen utilizar gracias a su rusticidad.

Aunque perdemos dureza y densidad, debemos saber que las maderas confieras absorben mayor humedad que las maderas tropicales, lo que se traduce cambios dimensionales y por tanto en mayores movimientos. Por eso, la recomendación de montaje es siempre ir atornillada directamente a los rastreles, ya que una tarima de pino colocada mediante sistema de grapas laterales es sinónimo de problemas.

TARIMA EXTERIOR OTRAS ESPECIES

Algunas especies que, sin ser tropicales ni coníferas, también se están empezando a utilizar con notable éxito para la confección de tarimas de exterior son el Fresno y el Eucalipto.

Estas especies de madera tienen una dureza inferior a las tropicales pero superior a las coníferas. Tanto el Fresno como el Eucalipto son especies relativamente abundantes y cercanas, factores que hacen que su precio también se sitúe en la zona media.

Debido a la menor dureza y densidad, tanto de las especies coníferas así como del eucalipto y el fresno, últimamente se ha venido impulsando la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos con el objetivo de tratar de paliar tales desventajas. De todos ellos el más popular y efectivo es el termo-tratado o tratamiento térmico.

Sin embargo, la gran novedad del momento -y cada vez más de moda- es la tarima de Bambú.

El Bambú no es un árbol, si no una planta. Aunque confeccionar tarima a partir de una planta es un hecho que a priori pudiera parecer extraño, supone una infinidad de ventajas en todos los sentidos. La tarima exterior de bambú se ha convertido en la verdadera alternativa ecológica a las tarimas de madera tropical cada vez más escasas y más caras. Mediante un proceso de prensado de las fibras de bambú a alta densidad y su posterior sometimiento a un tratamiento térmico se han conseguido modificar las propiedades de este material hasta el punto de obtener un producto con una resistencia, estabilidad y durabilidad superior al de las especies de madera tropical más comunes.

Tarima exterior de bambú termo-tratado

Además de todas las características que hacen de la tarima exterior de bambú un material tan apropiado, no podemos perder de vista el factor sostenibilidad. El bambú es un producto altamente ecológico y podríamos decir que es un recurso natural inagotable e ilimitado, ya que es la planta con mayor velocidad de crecimiento de la tierra.

Por último reseñar que es una opción muy saludable ya que es anti-estático y anti-alérgico. Otro dato relevante es que durante su ciclo de vida la planta de bambú consume mas CO2 del que emite durante su posterior tratamiento y mecanización al ser convertido en tarima.

¿En qué consiste el proceso de termo-tratado?

Este método consiste en someter el material a una temperatura entre 180 y 220 grados centígrados. En el transcurso de este proceso se producen toda una serie de cambios químicos en el producto cuyo resultado final es la obtención de un material más resistente. En dicho proceso únicamente se utiliza calor y vapor de agua y no intervienen ningún tipo de productos químicos ni dañinos.

Durante el tratamiento, las células de la materia prima se modifican produciéndose en ella los siguientes cambios:

  • Adquiere una tonalidad más oscura
  • El contenido de humedad en equilibrio se reduce entre un 10% y un 50%
  • Disminuye la capacidad de absorción de agua
  • La inestabilidad dimensional que sufre la madera debido a las variaciones de humedad ambiental disminuye drásticamente
  • La conductividad térmica se reduce hasta un 30%
Tarima exterior de Fresno termo-tratado

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