SUELO LAMINADO
VENTAJAS
El suelo laminado sintético es un revestimiento ligero para suelos de interior que goza actualmente de una amplia aceptación y demanda por muchos motivos, entre los cuales destacan:
Las marcas de suelo laminado de PARQUET FACIL se distinguen por su exigente selección, nos tomamos muy en serio la selección de las marcas de suelos laminados que comercializamos.
Todas las colecciones que ponemos a su disposición provienen de los fabricantes más prestigiosos y cumplen escrupulosamente los más altos estándares de calidad y prestaciones, desde la selección de las materias primas, control de calidad sobre toda la cadena de fabricación, garantías y servicio post-venta.
Solo colaboramos con las marcas internacionales de suelo laminado más relevantes, siempre a la vanguardia del diseño, calidad e innovación.
Cada suelo laminado, en función del fabricante, características específicas y tipo de uso al que esté destinado, cuenta de una garantía que puede oscilar entre los 5 y 35 años, aunque existen algunas excepciones en las que el fabricante puede llegar a ofrecer garantía vitalicia.
Conviene aclarar que dicha garantía se circunscribe únicamente al ámbito de posibles defectos surgidos como consecuencia de su fabricación, que es donde radica la responsabilidad del fabricante.
También es importante conocer que un mismo producto puede tener distintos periodos de garantía en función del uso que vaya a dársele: doméstico, comercial, industrial, etc.
El suelo laminado se compone de varias capas, en su mayor parte provenientes de derivados de la madera. La capa superior -o de uso- es sintética y suele estar compuesta de resinas de melamina a alta presión, de ahí su gran resistencia. Lleva impreso un diseño que generalmente imita a la madera natural, aunque también podemos encontrar imitaciones de otros tipos de materiales como cemento, granito, cerámica, metal, piel y otros tipos de diseños personalizados.
Además de la amplia gama de diseños disponibles, los suelos laminados ofrecen otras características de valor añadido que van más allá de un puro aspecto estético convincente y atractivo, ya que no solamente se limitan a imitar fielmente el aspecto visual de los productos naturales si no que también lo hacen a nivel de texturas, proporcionando relieves sensibles al tacto muy realistas.
Las dimensiones de las lamas (piezas o tiras) suelen imitar también a las de tarimas y parquets de madera natural tradicionales, sirviéndose generalmente en lamas de formato rectangular cuya longitud oscila entre 1 y 2 metros, anchos entre 16 y 24 centímetros y espesores entre 7 y 12 milímetros.
La calidad de un suelo laminado se mide por varios factores:
SUPERFICIE DECORATIVA: entre los factores más importantes destaca la resistencia a la abrasión (desgaste). Para uso doméstico la resistencia AC-4 (clase 32) suele ser más que suficiente. Para uso comercial se recomienda una resistencia AC-5 o AC-6 (clases 33 o 34). Además del desgaste por uso, también es muy importante la resistencia al rayado y al golpeo.
TABLERO BASE: se da mucha importancia a la superficie de un suelo laminado y es lógico, sin embargo tendemos a olvidar que el 99% del grosor de un suelo laminado está formado por su base, es decir, el tablero que soporta la superficie decorativa. Debido esto, la calidad del tablero base de un suelo laminado es de suma importancia, ya que de ello dependerá en gran parte cómo se comportará nuestro suelo a medio/largo plazo. Los tableros base de los suelos laminados están compuestos de un aglomerado de fibras de madera prensadas. Se trata de un compuesto poroso, con capacidad de absorción. Se podría decir que es el «YING y el YANG» de los suelos laminados, ya que es lo que permite que este tipo de materiales sean muy económicos pero a la vez muy susceptibles a sufrir daños derivados de problemas de humedades. La clave radica en la densidad. Cuanto más denso sea un tablero base menor será su porosidad y, por tanto, su capacidad de absorción.
Salvo contadas excepciones, previo a la instalación de un suelo laminado se deberá realizar lo siguiente:
- Quitar los rodapiés anteriores.
- Cepillar (recortar) los bajos de las puertas ya que el nivel del nuevo suelo, al ir colocado encima del actual, subirá respecto al anterior.
- Asegurar que la base sobre la que se instalará el suelo laminado (baldosa, cemento, hormigón…) deberá ser sólida, lisa y bien nivelada.
El suelo laminado sintético es un producto relativamente sencillo de instalar. En la gran mayoría de los casos este tipo de material se instala flotante. Esto quiere decir que no hay necesidad de encolar las lamas a la base sobre la que se instalan, ni tampoco encolar las lamas entre sí, ya que actualmente el sistema de unión de este tipo de materiales es de tipo «CLICK».
El coste de la instalación flotante es el más económico de todos los posibles, puesto que es el más sencillo y el que menos tiempo requiere. En cualquier caso, para evitar problemas, es muy aconsejable que la instalación sea realizada por un profesional o, en su defecto, por alguien que tenga unos conocimientos básicos en la materia y cuente con las herramientas necesarias.
La limpieza de un suelo laminado es muy sencilla y no requiere de ningún tipo de cuidado especial distinto de los habituales. Se puede barrer, aspirar, pasar una mopa e incluso fregar. No debemos olvidar que la superficie de este tipo de suelos es sintética y, por lo tanto, no requieren de la aplicación de ceras, aceites ni barnices.
En caso de ser necesario fregar, hacerlo con la fregona bien escurrida y sin encharcar, para evitar que el agua se acabe filtrando por las juntas y llegue al tablero base, ya que de ser así éste podría absorberla he hincharse provocando el levantamiento del suelo. Una vez fregado tratar de airear en la medida de lo posible.
No usar nunca productos abrasivos/corrosivos. Al agua de fregar se le puede añadir cualquier tipo de detergente normal y corriente para suelos, a ser posible un jabón de PH neutro.
Cabe destacar que en este tipo de productos, a diferencia de lo que ocurre con los suelos de madera, no existe la posibilidad reparación. En caso de verse dañados la única opción factible es la sustitución de la piezas afectadas. Por ello es también muy importante verificar que el suelo laminado que escojamos provenga de un fabricante consolidado, ello nos asegurará que a medio plazo podamos encontrar los repuestos necesarios.
AISLANTES: entre el suelo laminado y la base sobre la que éste se instala se coloca una lámina aislante que puede llegar a tener entre 2 y 5 milímetros de espesor en función de sus características y necesidades concretas. Existen muchos tipos de aislantes para suelos laminados en base a su composición y la función de todos ellos es aportar aislamiento acústico y térmico, aunque fundamentalmente están más orientados al aislamiento acústico suavizando el ruido de la pisada. Este tipo de aislantes pueden estar hechos de varios tipos de materiales, ordenados de menor a mayor calidad: espuma de polietileno, espuma de caucho (EVA), corcho natural aglomerado, etc. Algunos tipos de aislantes también pueden llevar adherida una barrera plástica para proteger la cara inferior del suelo laminado de posibles filtraciones de humedad provenientes del subsuelo.
RODAPIÉS: todos los fabricantes de suelo laminado proporcionan rodapiés a juego, aunque también es muy común poner rodapiés blancos. Es una mera cuestión de gusto personal. El rodapié blanco suele ser la opción ideal cuando los marcos de las puertas son blancos, pues se consigue una línea continuidad estética uniforme.
PLETINAS: las pletinas de paso o terminación también son un complemento necesario para obtener un acabado perfecto. Éstas deben colocarse en las transiciones entre distintos tipos de suelo y/o puertas de acceso. Existen pletinas planas y de desnivel, a juego con el color del suelo laminado o metálicas.
Conviene ser muy precavido ante determinadas ofertas cuyo precio sea sospechosamente bajo o muy inferior inferior al de la media general de este tipo de productos, ya que es muy tentador dejarse seducir por ellas. Lo que generalmente se esconde detrás de este tipo de «ofertas irresistibles» son materiales de muy baja calidad o restos de stock de productos descatalogados por sus fabricantes, que para sacarse de encima sus excedentes, ofrecen a las grandes superficies del bricolaje este tipo de partidas obsoletas a precios de saldo.
Lo grave de esto, algo de lo que no se informa al consumidor, es que si en el futuro le surge un problema con el suelo laminado (por pequeño que éste sea) le será imposible encontrar repuestos, lo cual solo deja dos alternativas: realizar un parche anti-estético con otro producto o tener que sustituir todo el suelo. Cabe recordar nuevamente que los suelos laminados no admiten reparación, solo sustitución.
Como bien dice el refrán «lo barato sale caro» y por ello lo más recomendable es dejarse asesorar por profesionales especializados, centrándose en la adquisición de productos de marcas bien reconocidas que, aunque puedan resultar inicialmente algo más caros, ofrezcan mejores prestaciones y garantías. En definitiva: seguridad y tranquilidad.
Parquet Facil comercializa suelo laminado de la más alta calidad y prestaciones. Para ver estos productos pinche aquí.